¿Cuándo internar?

El paso del tiempo produce marcas que no solo se constatan en la piel o en el físico, sino también en actitudes que comienzan a evidenciarse y que impactan de tal manera que llevan por lo general a cambios de roles.
Los hijos pasan a ser los padres de sus propios padres y cuando no pueden controlarlos o tienen que dejar de hacer sus cosas para cuidarlos, es cuando se puede plantear la internación como la solución para volver a tomar el camino correcto con actividades y socialización que les permita mejor contacto con el entorno, devolviendo al grupo familiar la tranquilidad y el comando de su vida cotidiana.

Lo más difícil es la decisión de internar, pues moviliza culpa al creer que no se hizo lo suficiente para evitar un geriátrico.

En realidad es cuando se hizo todo que se llega a ésta instancia. La búsqueda del lugar adecuado es para que pueda el abuelo estar con gente de su misma edad y con tareas que ocupen su tiempo dándole la posibilidad de sentirse útil y acompañado con alguien que quizás él mismo pueda ayudar.

Llegan a considerar la institución como su lugar de pertenencia permitiéndoles así la independencia que trasmite confianza a su familia dejando disipar la culpa y generando un nuevo interactuar entre ellos muchas veces ameno y reparador.

Son etapas de un proceso que dependerá de la confianza que la institución elegida pueda lograr en la familia para que dicho camino no resulte pesado al que tiene que transitarlo.